Supones bien


Intento buscar en mi ánimo extrañamente cansado algunas palabras que supongan algo en esta noche de octubre, en este calor y en esta entrada, pero no las encuentro.

Supongo que será porque se cierran estrenadas perspectivas y se abren pasados futuros; porque resurgen incertidumbres, pienso demasiado o todo lo contrario; o solo que  no quiero ni puedo. Dormir.

Supuse que me leerías sin más remedio, ya que es de curiosos saber por dónde irán los tiros de alguien que le da por escribir un cuento cada vez que teclea. Por eso estoy aquí. Para que supongas.

Supondrás que supongo mal al suponer que supuse que lo leerías, pero no supusiste que yo supondría estas suposiciones, por lo que hay estoy, suponiendo.

Seas o no la mariposa que se quede dentro del tarro, te acompañe o no en su huida fuera de él o simplemente seas tarro o mariposa, no dejes de suponer. Es algo así como pensar querer algo que posiblemente no pase, como la felicidad por obligación o la paz mental constante.

Pero supón, anda, que yo también supongo.