Si tú me dices ven lo dejo todo… pero dime ven


Leer Albert Espinosa es empezar de cero desde la primera página. Sin una sinopsis ni reseña previa, sin que te cuenten nada, sin que te resuman en una línea el contenido ni siquiera que te digan de qué va, porque es inservible. Es un secreto y los secretos no se describen, si no, dejarían de serlo.

Este libro no es una excepción, es más Albert. Mejor, si cabe, para mi gusto. Pero bueno, eso no hace falta que lo diga yo, ya lo dicen los premios y las múltiples ediciones que este se está mereciendo.

A este libro tengo que darle las gracias por descubrirme El Mundo Amarillo, su primera novela y sus películas, pero de eso ya hablaré en otra ocasión. Pendiente queda.

Una sola recomendación: si puedes, léete primero sus dos libros anteriores, disfruta alguna de sus pelis y luego, con esa preparación previa, con pleno conocimiento de causa, cuéntate esta historia.

Perfecto para la época de frío: la mejor para leer. Y es que extraño la lluvia y el frío con mantita y olor a Navidad rozando mis dedos de los pies. Pero, bueno, eso ya es también otro cuento para otro post de reflexiones, de esas imposibles, que tanto me gustan.

De momento, empieza con esto. Después, ya veremos. Ya leeremos.